El Banyancito Encarnado

"Érase una vez un niño al que todo el mundo llamaba "el Banyancito Encarnado", aunque sus padres le llamaron Carlitos.

Vivía de dibujar fábulas violentas y poéticas, alimentadas desde su más tierna infancia por series de TV y sus tebeos favoritos, y era más aficcionado al vermut que un cura de los sesenta a dar hostias a los niños en la clase de religión.

Y así trotaba por la vida el Banyancito Carlitos, feliz con sus parábolas de Hindúes tullidos que vuelven a la vida, de amores imposibles, de pasiones que superan al tiempo y la cordura, ...hasta que en su camino se cruzó un barcelonés-mallorquín superrealista y un orensano-malayo adicto al licorcafé.

Era la noche del baile en el Palacio Viñetil, y el Banyancito y los dos tunantes antes mencionados tenian los tres todas las papeletas para que fuera su noche; albergaban la esperanza de llevarse, al menos, una princesilla a casa con la que fardar ante amigos y el reflejo en el espejo.

Y llegó el instante ansiado, comenzó el repato de suertes en el baile de palacio; el veterano Superrealista se hizo con tres de los laureles a los que el Banyancito aspiraba, la princesa restante se la llevó el bellaco del licorcafé, pertrechado de oso malayo, y tal como había ido se quedó don Carlitos, álias "el Banyancito Encarnado", bebiendo vermuts rojos como quien abraza a una amante; sin descanso y con pasión.

Y ahí podría haber finalizado esta fábula apurada, de no ser porque al orensano malayo, para bien o para mal, Carlitos le caía mejor que abrir los ojos cada mañana, y admirador era a rabiar de sus fábulas violentas y poéticas, con lo qué, en el fondo, de un modo u otro, le apetecia hacer partícipe del premio a Carlitos, ya que lo consideraba tanto de él como propio, y decidió, en un intento de rescatarle una sonrisa al Banyancito, dibujarle en secreto un homenaje.

A mitad de su elaboración recibió una misiva en la que leía, para alegría de coincidencias, que a un ejercito de artistas tambien se les había ocurrido la misma idea, y, como la unión hace la fuerza, y temiendose que el alubión de homenajes haría más emocionante el descubrimiento para Carlitos que el enviarle su homenaje en solitario, se unió muy felizmente a ellos y del alegre tejemaneje surgió esta caja de Pandora de alegrias infinitas con las que endulzarle la vida al más que triunfador y gran persona Carlitos Vermut; alias el Banyancito Encarnado."

(Y ahora si...)----------------------------FIN---------------------------------------

Pinchen AQUí para compartir y empaparse de la emoción de Carlos y de la admiración y el cariño que muchos sentimos por su persona y obra.

(Un abrazo, Carlitos, que lo mereces todo y más.)